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CIENCIA DE LA CURACIÓN

Por el Maestro Hilarión

 

Ante todo, los saludo desde el Quinto Reino. Soy un Hermano que está sumamente deseoso de hacerlos aprender los métodos y las técnicas para consagrar sus vidas, a fin de producir Plena Perfección en los mundos físico, etérico, mental y emocional de aquellos que todavía habitan el planeta Tierra. Por favor, tomen asiento.

 

¿Cuántos de ustedes recuerdan que apenas anoche los hermanos del Templo de la Ciencia y la Curación los levantaron, los acercaron a nuestro Retiro y los pararon delante de los majestuosos rituales de curación, de los poderosos Fuego de Sanación, mientras observaban a los grandes Maestros de la Curación en acción? Eso les daba (en los planos internos) un gran convencimiento de la Perfección que, dentro de poco, se verá manifestada en el mundo de la humanidad. Considero entonces, que una de mis prioridades es lograr que ustedes aprendan la Ciencia de la Curación; esto es el Quinto Rayo. Principalmente, es la Ciencia del Amor y el estudio de cómo esta cualidad produce milagros en el mundo de las formas. Implica la distinción de los métodos y las técnicas de alcance más adecuados que han de utilizarse en los hombres, las mujeres y los niños de este planeta, al comprender primero la situación y la circunstancia que originaron la enfermedad, y luego examinar de qué manera atenuarla a través del Amor manifiesto. Ahora bien, permítanme decirles que existe una ciencia para ello. Y tienen aún más para entender.

 

 

Aquellos de ustedes que se gradúan del Tercer y Cuarto Reino ingresan al Quinto, preparados para amar la vida libre en sus corazones, lo que constituye un requisito previo imprescindible para trabajar en el Quinto Rayo. Sin embargo, más tarde, la labor en esta Esfera cobra forma cuando aprenden los métodos y las técnicas para facilitar ese amor emanado del corazón, de modo tal que se vuelva útil y efectivo en el mundo de la humanidad. Asimismo, tengan en cuenta que ya existen diversos poderes en este planeta que vencerán a todo amor desorientado e incomprendido. Esperamos poder instruirlos, para que se desempeñen de manera efectiva en el mundo de los humanos.

 

 

Hace poco, patrociné un libro (“Manual de Curación”) a partir del cual espero haberles presentado las premisas básicas en torno a las cuáles me gustaría que edificaran sus deseos vehementes de curar. Y creo que, en este momento, me estoy dirigiendo justamente a aquellos que llevarán a cabo esta tarea con seriedad. Libre Albedrío. No obstante, como les solicité en el pasado, vengan seguido al Templo de la Ciencia y la Curación –cada noche, si pueden sostener ese moméntum-, y los instruiremos, en nuestra calidad de Maestros y científicos, inculcándoles la efectividad del Amor manifiesto.

 

 

En fin, estaré cerca ese día. De modo que búsquenme; búsquenme en el brillo de los ojos de su prójimo. Puedo presentarme a nivel humano, dévico, mental o cósmico. Búsquenme, y me encontrarán. Por otra parte, y como se habrán dado cuenta, he dejado de lado algunos de mis intereses espirituales para que otros Maestros Ascendidos se ocupen amablemente de ellos. A pesar de que continúo interesado en dichos asuntos –tales como los ateos y aquellos que desean alcanzar un entendimiento más científico sobre cuestiones que parecen ser de índole religiosa-, he renunciado a todo eso; de hecho, haber atravesado los Siete Reinos en busca de estos e intentar enseñarles las Ciencias de Dios fue mucho trabajo.

 

 

Sin embargo, en este momento Estoy mucho más concentrado en el servicio que se presta en el Templo de la Ciencia y la Curación, y a través de ustedes debo brindar estos regalos al mundo de los humanos. Por eso, haré uso de cualquiera que me ofrezca un canal para la Ciencia de la Curación en el mundo de la humanidad, la Ciencia que están aprendiendo en este seminario de tres días. Solicítenle a mi Amada Hermana, Lady Leto, que los asista para traer de vuelta la memoria consciente y despierta de la Perfección de estas ceremonias de curación y de canalización del Gran Rayo de la Sanación, hasta que sus formas físicas desaparezcan, y no exista más que Amor manifiesto. Estos sucesos son significativamente reales en Nuestros Templos (…)

 

 

 

Extraído del Libro “RECINTOS DE CURACIÓN”, del MAESTRO HILARIÓN.

Editorial Metafísica.


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