Buscar
CREDO DEL SEMINARISTA BERGOGLIO
- silalelopez
- hace 7 minutos
- 2 Min. de lectura
Por Rubén Cedeño
El Papa Bergoglio, durante un período extremo mientras era seminarista, escribió un Credo que, por supuesta, no es para rezarlo, pero sí para pensarlo; del mismo extraigo solo algunos fragmentos, tal vez los más penetrantes y originales.
“Creo en mi dolor infecundo por el egoísmo en que me refugio.
“Creo en la mezquindad de mi alma, que busca tragar sin dar.
“Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor, y sin traicionarlos nunca para buscar una seguridad para mí.
“Creo en la vida religiosa.
“Creo que quiero amar mucho.
“Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero sonríe invitándome a aceptarla.
Esto de decir: “Creo en mi dolor infecundo por el egoísmo en que me refugio” es aceptar y comprender que atrincherarse en todo dolor egoísta no produce nada bueno para nadie y no se debe contemplar para no cultivarlo, es dañino, es la baldía autolástima que no lleva a nada sino a hacer que se padezca más.
Indudablemente, esta frase está relacionada con la sigue: “Creo en la mezquindad de mi alma, que busca tragar sin dar”. Aquí, “tragar” es recibir, pero usar esta palabra connota como algo grotesco, soez, el gesto de aquel que da sin recibir, que lo cataloga como un alma mezquina.
Es hermoso cuando expresa: “Creo que los demás son buenos y que debo amarlos sin temor, y sin traicionarlos nunca para buscar una seguridad para mí”. Esto es amar dando, sirviendo, sin temor a la traición y al engaño, sin perseguir seguridad psicológicamente, sin egoísmo, sin poner de por medio el “sí mismo”.
Declara: “Creo en la vida religiosa”. Es una afirmación de fe, que muchos deberían meditar y aceptar, y que engloba la vida en comunidad con otros hermanos, la aceptación de “Dios y Sus Asuntos”, el ser bueno con la gente, el vivir compartiendo con otros, como los santos. Esto encierra muchas cosas propias de un ser completamente orientado hacia lo espiritual. Es tan profundo, que esta frase me la apropio, porque se hace muy cómoda a mi persona, a lo que quiero vivir, lo que quiero ser.
Fíjense que el futuro Papa Bergoglio no dice que cree en el Amor, sino: “Creo que quiero amar mucho”. En estas palabras confiesa su falta de Amor y su Fe es poderlo conseguir.
“Creo en la muerte cotidiana, quemante, a la que huyo, pero me sonríe invitándome a aceptarla”. Esta muerte cotidiana es la renuncia a la que la vida nos obliga a vivir, pero que, aunque nos hace sufrir, es ineludible, ya que en la renuncia se cifra la esencia de la espiritualidad, dejando de lado todo aquello a lo que se asocie la personalidad, que está apegada a lo externo, a lo que distrae de la realización divina.
Extraído del Libro “PAPA BERGOGLIO”, de Rubén Cedeño.
Editorial Metafísica.

Comments