Al mundo le urge una educación y una cultura adecuadas sobre el Gobierno y la Política, ya que de esto depende el acabar con un alto porcentaje de los “asuntos que aquejan a la humanidad” en la vida civil de las naciones, tanto económicos como culturales, educacionales, y conseguir un progreso armónico en todas las demás áreas del acontecer de cada país, incluyendo aquello llamado “espiritual”.
La corrupción en los asuntos de Gobierno y en la Política ha llevado a que la humanidad desligue el Gobierno y la Política de lo interno o lo llamado “espiritual”, y resulta que de estos dependen la mayoría de los asuntos concernientes al ser humano, como: la Educación –donde se incluye la Enseñanza Interna-, la Religión, la Cultura y el Arte, la Economía y la Industria, la Ciencia y la Salud, las Obras Públicas, la Diplomacia y muchas otras cosas más.
Una educación y una cultura adecuadas en cuanto al Gobierno y la Política, conducen efectivamente a concienciar la suprema responsabilidad que se ejerce en el acto del “voto” libre y democrático que se ejerce en muchos países, para escoger a quienes rigen, en el mundo de las formas, los destinos de la humanidad. La ignorancia de lo que es la elección de un correcto Gobierno y una correcta Política mediante el voto lleva al cadalso a la mayoría de los asuntos del existir, manteniendo a la humanidad ignorante, desistida, carente, en la ingobernabilidad que ella misma, en el ejercicio del derecho a votar, se ha procurado. Dicho en otras palabras, el voto para la elección de un Gobierno es un acto de suprema responsabilidad, donde se juega el karma de la gente, y debe dejar de ser un acto lechuguino, de politiquería lúdica, barata y subjetiva.
Con una educación, una cultura y una política nobles y humanitarias se eliminan la mayoría de los “asuntos que aquejan a la humanidad”.
Extraído del Libro “D. K. MASTER”, de Rubén Cedeño.
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