EN EL PRINCIPIO DIOS

En inglés, el Génesis de la Biblia comienza diciendo cuatro palabras mágicas: “In the beginning God…”. Como lo traduce la versión llamada “Biblia de los Hispanos”, en castellano quiere decir: “En el principio Dios…”. La Biblia empieza diciendo esto, para instarnos a que lo primero en todas las acciones y empresas de nuestras vidas sea “Dios” y para que lo tengamos presente como tal. “Dios es lo primero en todo”.

Haz este experimento; te agradarán mucho sus resultados. Mantén en tu mente como un mántram, todo el tiempo que puedas: “En el principio Dios”. Si te place, puedes hacerlo en inglés, ya que tiene una vibración muy especial. Este es un principio muy importante para practicar en nuestra vida espiritual; lo pueden hacer personas practicantes del más encumbrado esoterismo como del más básico misticismo, ya que abre puertas, desenreda entuertos, aclara oscuridades y soluciona inconvenientes. Emmet Fox decía: “Tarde o temprano tendrás que poner a Dios de primero en tu vida; es decir, que tu verdadero desarrollo espiritual tendrá que convertirse en lo único que realmente importe. No necesita ser lo único en la vida, pero sí tiene que ser lo primero. Una vez que pongas a Dios en primer lugar, encontrarás que te preocuparán mucho menos las cosas sin importancia, que no hacen sino malgastar tu tiempo y energía. Tu vida se simplificará y aquietará, pero en el verdadero sentido; será más rica y valdrá infinitamente más la pena vivirla”.

Si tienes que escoger entre tu pareja, tu familia, tus amigos, el trabajo, una fiesta, y Dios o sus asuntos, recuerda estas mágicas palabras: “En el principio Dios…”. Si lo escoges a ellos, de seguro perderás a Dios, y junto con su pérdida, en algún momento se te extraviará todo lo demás. Si pones “En el principio Dios…” para todo en tu vida, aparentemente perderás todo los demás, pero Dios sabrá recompensarte devolviéndote lo aparentemente perdido o sustituyéndotelo con algo mejor. No me lo creas, ponlo en práctica y lo comprobarás.

Extraído del Libro “Emmet Fox, un ejemplo a seguir”, de Rubén Cedeño.

Editorial Señora Porteña.