ENTREGA A DIOS
La entrega a Dios existe, pero no tiene nada de romántico como lo que se lee en las historias de grandes santos y anacoretas. Lo primero que hay que tener es el modo de sustento, para no vivir de limosnas, no estafar a nadie y no ser una carga para la sociedad. La "entrega completa" se justifica al consagrarse a comunicar la "Enseñanza Interna". No se prohibe tener pareja, hijos y demás familiares, pero si la entrega es completa, sería una crueldad abandonarlos.
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El estado ideal es el de soltería, viudez o divorcio, y si se tienen hijos, que sean mayores y se valgan por sí mismos. Se tendrá a bien aceptar la coordinación de un facilitador que se halle en estas mismas lides de "entrega total"; esto no se tratará de una dirección autoritaria, pero sí precisa en relación con el trabajo interno y la entrega. Se deberá llevar una vida aceptablemente decente, educada, culta, de buena voluntad, servicio mundial, rectas relaciones humanas, sensata, firme, integral, de una sola pieza y de una interioridad sin mojigatería, fanatismo, supersticiones ni dogmas.
Fragmento extraído del libro "Cuarta Iniciación Mayor" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Metafísica (Señora Porteña).
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