Y recuerden que ¡la Caridad empieza por casa! No permanezcan tan ocupados con sus propios pensamientos y sentimientos que no tengan tiempo como para sentir la necesidad en las almas de sus semejantes. Aprendan a estar lo suficientemente quietos y en suficiente estado de Gracia como para escuchar el llamado del corazón de esa alma que necesita una bendición, y que es traída hasta ustedes de modo que puedan brindarle aliento y estímulo.
Extraído del Libro “ADORACIÓN Y GRATITUD”, de CHAMUEL Y CARIDAD.
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