Emmet Fox era un hombre muy observador y estudioso de todas las cosas. Él decía: “La observación es esencial, ya que no se puede construir nada sin precisión. La observación abre la puerta a la originalidad o ideas nuevas”. Fox estudiaba y analizaba los eventos de cualquier escenario social, político y cultural de su alrededor, para aprender de estos aplicándoles las Leyes, fuera del Mentalismo, Causa y Efecto, Ritmo, Vibración, Polaridad o Generación, como debemos hacer todos a diario; le daba una importancia muy grande al simbolismo de las cosas y sabía leer en este los acontecimientos del día a día, poniendo en práctica el “Principio de Correspondencia”, que indica: “Como es arriba es abajo”. Este lenguaje de verdades escondidas le resultaba muy interesante e importante; era el mismo que utilizaba para la interpretación de la Biblia. Aplicando todo esto que hacía Fox, se aprende mucho.
Extraído del Libro “Emmet Fox, un ejemplo a seguir”, de Rubén Cedeño. Editorial Señora Porteña.
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