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PASCUA
- silalelopez
- hace 1 día
- 2 Min. de lectura
Después de escaparse de Egipto, los judíos comenzaron a celebrar el día de su liberación, al que ahora se le dice “Pascua”. Ese día se activan las energías de la Llama de la Resurrección y la Restauración del Plan de Dios sobre la Tierra. A esa festividad se la llamó “PÉSAJ”, que en hebreo quiere decir “paso” o “PASCUA”.
Ocultamente, “Pascua” significa salir del mal, la opresión, el sufrimiento, el conflicto, la necesidad, la enfermedad, y esa es la bendición que trae este plenilunio de Pascua. Estos son los objetivos que se persiguen con la celebración de este Festival de la Luna Llena.
El Maestro Jesús, consciente del Poder contenido en la Pascua, celebró la “Última Cena” en esa fecha y les dio a entender a sus estudiantes que no mataran a ningún cordero para el perdón de sus pecados, que el Cordero sería Él, como Alma, ya que este principio espiritual es el único que redime, salva, libera; de esta forma, los colocó en la enseñanza correcta al respecto. Cuando comieron el pan, Jesús explicó que ese era su cuerpo –o el del cordero, que en ese momento era Él-, y que el fruto de la vid era su sangre purificadora. Por eso se dice: “Jesús es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”.
Este hecho, junto con la efusión natural de la Pascua, instauró un “moméntum” extra que, desde hace dos mil años, se suma al poder de esta celebración. Para la “Era de Piscis” que recién se iniciaba, la Pascua Judía quedó transformada en la práctica de comulgar con el pan y el fruto de la vid en memoria de Jesús. Esto constituye la Comunión, la unión, el ser uno con todos, la confraternidad. Cuando se celebra el Festival de Pascua, esta efusión cósmica diluye confrontaciones y conflictos entre las personas.
Dice el Maestro El Tibetano: “El mundo es uno, y sus sufrimientos son uno; la humanidad en verdad es una unidad, pero muchos lo ignoran todavía y la tendencia de la actual enseñanza está dirigida a despertar a la humanidad a fin de que perciba esto. Quiero hacer hincapié sobre este pensamiento: emergeremos en el futuro como una sola humanidad, depurada, disciplinada, pero iluminada y fusionada. Quienes no capten este hecho importante, ya se denominen beligerantes o neutrales, sufrirán profundamente como resultado de su falta de participación en el destino de la totalidad. La Jerarquía no es neutral. Está con el correcto elemento de cada nación y contra todas las actitudes separatistas, aislacionistas y materialistas. Tales actitudes impiden la captación de los verdaderos valores espirituales y obstaculizan el desarrollo humano”.
Fragmentos del Libro “PRINCIPIOS METAFÍSICOS”, de Rubén Cedeño.
Editorial Metafísica.

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