RAYO VIOLETA Y PRIMERA INICIACIÓN

La Primera Iniciación está regida por el Séptimo Rayo Violeta, que la Energía de Orden o Magia Ceremonial. En este momento particular de la historia mundial, la energía del Séptimo Rayo es de creciente potencia porque es el nuevo y entrante Rayo que reemplaza al Sexto, el cual ha regido durante tanto tiempo.

 

El Séptimo Rayo Violeta es, por excelencia, el medio de relación. Une los dos aspectos fundamentales: espíritu y materia. Relaciona al Cristo con la forma y, en lo que concierne a la humanidad, al Alma con la Personalidad. La Primera Iniciación hace consciente al iniciado de esta relación; le permite beneficiarse de esta “dualidad que se aproxima” y, mediante el perfeccionamiento del contacto, producir, en el Plano Físico, el surgimiento del “nuevo hombre” a la manifestación.

 

En la Primera Iniciación, mediante el estímulo creado por la energía del Séptimo Rayo, la personalidad del iniciado y el superinfluyente Cristo son conscientemente unidos; entonces el iniciado sabe, por primera vez, que es una personalidad fusionada con el Cristo. Su tarea consiste ahora en desarrollarse a semejanza de lo que esencialmente es. Este desarrollo se demuestra en la Tercera Iniciación, la de la Transfiguración.

 

La función principal de este Séptimo Rayo Violeta es reunir los aspectos negativo y positivo de los procesos naturales. Por lo tanto, rige las relaciones sexuales de todas las formas; es la potencia que subyace en la relación matrimonial y por eso, debido a que este Rayo viene a la manifestación en este ciclo mundial, tenemos la aparición fundamentales problemas sexuales –libertinaje, perturbaciones en la relación marital, divorcio- y la iniciación de esas fuerzas que producirán, eventualmente, una nueva actitud hacia el sexo y el establecimiento de esas prácticas, actitudes y percepciones morales que regirán las relaciones entre los sexos durante la nueva era venidera. La Primera Iniciación, por lo tanto, estás estrechamente relacionada con este problema. (…)

 

   

Extraído del Libro “D. K. MASTER”, de Rubén Cedeño.

Editorial Metafísica.