En el Plano Etérico sobre la hermosa isla de Creta, que descansa en el seno azul del Mar Mediterráneo, pulsa el Templo de la Verdad, foco del Chohán del Quinto Rayo y de la Hermandad de la Verdad, que presta servicio con Él en este particular aspecto de la Jerarquía Espiritual.
A lo largo de muchas edades y cada cierto tiempo, Grandes Focos han sido establecidos sobre la superficie de la Tierra para proteger las Virtudes Cósmicas cuya radiación espiritual alimenta la consciencia y los sentimientos de la gente. La inspiración para construir estos Templos era encontrada en los Templos Etéricos, por las corrientes de vida sensibles que se sintonizaban por medio de la contemplación y la meditación. De este modo, el poderoso Foco de la Verdad que ha sido diseñado y perfeccionado en los niveles internos, y que constituye incluso hoy en día un lugar de reunión para grandes Inteligencias que desean magnetizar y extraer más de la Verdad de la vida desde el corazón de Dios, conformó el patrón para la Obra Maestra Griega construida y dedicada a Pallas Atenea, cuyas ruinas aún permanecen como un recuerdo silencioso de su gloria (El Partenón, construido 450 años antes de Cristo). Fidias (nuestro Amado Serapis) prestó un gran servicio al traer la réplica casi exacta de este Templo de la Verdad; de esta manera, la conciencia externa de la humanidad podría contemplar su perfección y sintonizarse con su servicio a la vida.
En este momento, el Templo de la Verdad recibe a grandes Maestros Espirituales de muchas edades, quienes han venido de vez en cuando, en el pasado, a presentar diversos aspectos de la Ley. Estos “illuminati” enseñan los aspectos espirituales de la Verdad que Ellos promulgaron mientras estaban encarnados, y a muchos de sus seguidores se les permite –en la libertad de sus cuerpos etéricos, mientras sus cuerpos físicos duermen- sentarse a los pies de esos Maestros de Sabiduría y aprender las leyes espirituales internas que se encuentran detrás de los dogmas, credos y creencias que actualmente son depositarios de la fe de los hombres, mujeres y niños encarnados hoy en día.
El Arcángel Rafael, Ángel de la Consagración, también tiene el Foco de su Llama de la Consagración en este Templo. Los individuos que dedican sus vidas a un servicio específico de beneficio para la humanidad, son bendecidos por este Amado Arcángel y por el Amado Chohán Hilarión, antes de encarnar. La vida primordial que es magnetizada por el alma dentro del latido del corazón, es consagrada al servicio por el Arcángel Rafael. Él irradia la Llama de la Consagración a través de los electrones que fluyen desde el Cuerpo de Fuego Blanco, por medio del Cordón Plateado, hacia el interior del corazón físico. Esta vida está, por lo tanto, predestinada a ser un canal de energía para bendecir a la raza. Durante todo el curso de la encarnación, cada una de las corrientes de vida que renuncian por vocación de servicio en el campo de los asuntos gubernamentales, la educación, los esfuerzos artísticos, el ministerio, la medicina, los misioneros, etc., guiadas, sostenidas y protegidas por un miembro del Reino Angélico perteneciente a las Legiones del Señor Rafael o por un miembro de la Hermandad de la Hermandad, que se encuentra bajo la dirección del Amado Hilarión. La inspiración y el empuje que requieren estos hombres y mujeres para cumplir con su servicio vienen de esas legiones de Ángeles y Hermanos de la Verdad, quienes respaldan a estos individuos desinteresados de quienes depende la raza para recibir asistencia en todos los canales de esfuerzo constructivo.
El Amado Hilarión, habiendo experimentado en su propio ser la indignación de la “autosuficiencia” que alcanza una conciencia que se ha persuadido a sí misma, de que debe perseguir a los demás con el fin de enmendar un error, después de su Ascensión, prometió ayudar a todos los individuos que cometieran los mismos errores que Él había cometido como Saulo de Tarso, quien más tarde se convertiría en el Apóstol San Pablo. Él le pide que encomienden bajo Su protección a todas las corrientes de vida, conocidas y desconocidas por ustedes, que no tienen fe en la vida espiritual, para que las pueda ayudar a alcanzar un correcto entendimiento de la Verdad. Además, el Amado Hilarión solicita que realicen tratamientos y visualizaciones del Templo de la Verdad por todos los individuos que prestan servicio en las diversas profesiones, de modo tal que sean bendecidos, alentados, iluminados y prosperados en sus esfuerzos por ayudar a la humanidad. Acerca de esto último, el Maestro afirma que ¡esa es su razón de Ser!
Fragmentos del Libro “RECINTOS DE CURACIÓN”, del MAESTRO HILARIÓN.
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