SAN NICOLÁS
SAN NICOLÁS DE BARI
San Nicolás nació en Patara, pero luego se residenció en Myra, donde se convirtió en Obispo de la ciudad. Desoués que desencamó, su cadáver comenzó a manar un líquido oloroso y curativo. En Myra pude ver un sarcófago de mármol muy hermoso, con una canaleta por la que salía el líquido que era utilizado para curar. Este líquido nunca ha dejado de fluir; cuando trajeron el cuerpo del Santo a Bari, durante el trayecto, siguió manando, y todavía lo hace aquí, en la Catedral. Podemos adquirir, en la Catedral, los envases que todavía llenan con este líquido.
San Nicolás está en BarI porque Turquía fue invadida por los islámicos, que no creían en él, y por lo tanto, peligraban sus restos. Entonces, unos mercaderes muy ricos pagaron un barco para que los robaran; por esa razón, San Nicolás, además de ser patrono de los niños y marineros, lo es también de los ladrones, y su catedral está en un barrio donde viven algunos de sus fieles devotos.
Como San Nicolás murió el 6 de diciembre, lo asociaron con la Navidad. Cuando estaba en vida, les daba regalos a los niños. Supo de tres niñas que se iban a prostituir, y le dio dinero a su padre para que esto no sucediera. También bajaba por una chimenea para suministrarle a los necesitados su provisión. De esa forma nace la creencia de que San Nicolás baja el 24 de diciembre por una chimenea, con una bolsa llena de regalos para obsequiar presentes a los niños que se han portado bien.
En el siglo XI, construyeron en Bari una iglesia maravillosa, románica pura, hermossima, que hoy en día está totalmente reconstruida. La fama de San Nicolás no es sólo por una vida hermosa, sino mágica. Dicen que en una oportunidad en que fueron a limpiar la cripta sacaron sus reliquias, las pusieron en un museo para cuidarlas, y emanaron una escarcha plateada que se convirtió en un maravilloso ungüento de curación. Los íconos de San Nicolás están llenos de misterios; actualmente, uno de ellos, en Estados Unidos, mana también este aceita curativo que es maravilloso.
En una ocasión, San Nicolás se presentó en mi vida muy fuertemente, con el objeto de que se dieraa a conocer por el mundo la verdad, de que Él no es una creencia de niños; que sí existió y tuvo una vida muy bella. Ahora, nosotros tenemos la misión, al cargarnos con sus electrones aquí, de reunir a la gente todos los diciembres, enseñarles "La verdadera historia de Santa Claus" y hacer pública su realidad. San Nicolás existe, y sigue precipitando y dando regalos. A partir de noviembre, comiencen a transmitir en todos los grupos de Metafísica, la realidad y el mensaje tan hermoso de San Nicolás.
ÍCONOS
La tradición de los íconos viene de San Lucas, que fue el primero en hacer uno, cuando le pidió a la Virgen María que posara y la pintó cargando al niño Jesús. Dicen que ese ícono es la Virgen de Czestochova, y copias de él son la Virgen de Vladimir, que está en la Galería Tretyakov, en Moscú, el cual tuve oportunidad de ver, así como el de la Virgen del Perpetuo Socorro, cuyo original he contemplado en Roma. Los íconos fueron las primeras formas de adoración que tuvieron los primitivos cristianos.
En el año 726, siglo VIII, el movimiento iconoclasta instaurado por el Emperador León III, prohibió adorar imágenes; muchos íconos fueron quemados y la humanidad perdió obras de inconmensurable valor. En los Mandamientos se dice: "No adorarás imágenes delante de Jehová tu Dios". Durante esa época iconoclasta, no se podía pintar a los santos, ni hacer esculturas de ellos. Fue entonces que se popularizó más el símbolo de la Cruz, porque con dos líneas cruzadas simbolizaban a Jesús. Eso lo podemos ver en Asia Menor, en "Las Chimeneas de las Hadas", donde los antiguos cristianos se metieron en cuevas naturales producidas por la erosión, y construyeron sus primeras iglesias, en las que no ponían imágenes sino rayas. Uno no debe hacer imágenes de Dios ni de nadie.
Las imágenes tenían una función pedagógica. ¿Cuál era la única manera en que la gente podía enterarsse de la vida de Jesús y de los saantos? A través de las imágenes. En el Segundo Concilio de Nicea Santa Irene logró que se permitiera adorar íconos, y se volvieron a popularizar. Posteriormente, se hicieron iconografías en secuencia. Por ejemplo, un ícono representaba a Jesús naciendo; el otro, a Jesús hallado en el Templo; otro, a Jesús en el Bautismo del Jordán. Este orden tenía como objeto que la gente viera cómo había sido la vida de Jesús, sin necesidad de saber leer.
Así que las piezas de arte más antiguas del Cristianismo son los íconos, que antecedieron a las imágenes talladas. La elaboración de íconos llegó a su punto culminante en Bizancio o Constantinopla. Consiste en un pedazo de madera preparado de un modo especial. Entre otros elementos, lleva un lienzo, y luego se pinta sobre éste. Los íconos carecen de perspectiva, ya que para la época no había sido descubierta. Los temas pictóricos de los íconos son totalmente religiosos.
Fragmentos extraídos del libro "Cristificación del Mundo" de Rubén Cedeño publicado por Editorial Señora Porteña
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