Hace muchos miles de años -de los que todavía la historia no ha podido documentarse, pero algún día lo hará-, en la Tierra reinaba el caos, al igual que ahora en algunas personas y en muchos lugares, pero con mayor intensidad. La humanidad había aceptado mezclarse con una raza rezagada muy bárbara, que la había hundido en la más recalcitrante negatividad.
Las familias humanas pusieron su atención en el mal, el odio, la ignorancia, la desarmonía, el engaño, la agresividad y el desorden de los rezagados. En vista de que aquello en lo que se pone la mente y el sentimiento se lo interioriza y luego se lo exterioriza, la malevolencia cundió en las tierras habitadas hasta entonces. La ingobernabilidad y la anarquía llegaron a dominar a un nivel tal, que todo estaba a punto de colapsar.
Las nefastas noticias del desorden y del mal hicieron que Sanat Kumara se compadeciera y se moviera para establecerse como Rey en medio del caos. Entonces fundó un reino con un equipo de personas capacitadas, con la única finalidad de acabar con la desorganización y el mal. Se instaló en una isla de un mar interior, en la actual Mongolia. Construyó una Ciudad-Estado, con un foco de poder y autoridad, que llamó “Shamballa”, nombre que quiere decir “Respetable”.
Extraído del Libro “SANAT KUMARA”, de Rubén Cedeño.
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