3. En la soledad, las facultades y la gracia del “Yo Superior” pueden arraigarse y florecer en la personalidad.
4. En la soledad, puede el Maestro acercarse e imprimir en el alma serena los conocimientos que Él trata de impartir, la lección que debe ser aprendida, el método y el plan de trabajo que el discípulo debe captar.
5. En la soledad, se oye el sonido.
Prepárense para la soledad. Cuando el estudiante se desliga de todo lo que concierne a sus Cuerpos Físico, Astral y Mental, y se centraliza en el Cristo, sobreviene una separación temporaria que debe soportar y trascender, y que lo conduce posteriormente a establecer un vínculo más estrecho con todos los que serán asociados con él debido al karma contraído en vidas pasadas, al trabajo grupal y a la actividad desplegada por el discípulo. Una de las condiciones principales que tiene que cultivar un estudiante, para percibir el plan y ser utilizado por el Maestro, es la soledad.
Extraído del Libro “D. K. MASTER”, de Rubén Cedeño.
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