Séptima Iniciación. La Resurrección. Liberación del aferramiento a la vida fenoménica en los siete Planos de nuestra Vida planetaria, siendo, en realidad, la “elevación fuera del Plano Físico Cósmico o sobre él”.
En la Séptima Iniciación, se otorga la Palabra para el Plano del “Yo Soy”. La palabra “resurrección” tiene un profundo significado: elevarse nuevamente.
La Séptima Iniciación está totalmente desligada de toda consideración de la forma y el iniciado se convierte en un punto concentrado de luz viviente; sabe, de manera indescriptible, que la vida es todo lo que ES, y que esta vida y su real plenitud lo hacen una parte de ESE que está fuera de nuestra vida planetaria; entonces puede participar en esa Existencia extraplanetaria en la cual nuestro Logos Planetario vive, se mueve y tiene Su Ser. De esta “vida más abundante” habló Cristo, y solo un iniciado de séptimo grado puede comprenderla e impartirla.
La Séptima Iniciación otorga al iniciado el derecho de “entrar y salir de los atrios de Shamballa” según lo dicta Su trabajo y lo requiere Su servicio. También allí recibe las necesarias recargas periódicas o cíclicas que Lo capacitarán para trabajar.
OCTAVA INICIACIÓN
D.K. / R.C.
Octava Iniciación o la Transición. Podría considerarse como la total liberación de la sensibilidad, habiendo, sin embargo, pleno florecimiento de esa cualidad que denominamos, inadecuadamente, “compasión”. En la Octava Iniciación de la Transición, es relevado al Maestro el propósito de toda nuestra actividad planetaria, y todos los Maestros o Iniciados de la Octava Iniciación (actuando por medio de la Jerarquía o en Shamballa) son necesarios para estimular el punto de tensión del nuevo iniciado, a fin de que sea posible la revelación.
Extraído del Libro “D. K. MASTER”, de Rubén Cedeño.
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