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VOCACIÓN ESPIRITUAL

Por el Maestro Hilarión

 

Yo sirvo con las corrientes de vida que tienen Verdaderas Vocaciones, individuos cuya conciencia interna está desarrollada hasta el punto en que desean utilizar sus energías para prestar un servicio específico a la vida. Estos hombres y mujeres nacen con esta dedicación previa a algún servicio, como la educación, la enfermería, la predicación, etc. Incluso de chicos, son atraídos fuertemente a desarrollar la capacidad de servir a la vida en un Rayo de expresión particular. Ellos buscan la conciencia de alguien que pueda ayudarlos a recibir conocimiento y experiencia práctica para volverse expertos en esa línea de vida y servicio. En los niveles internos, estos individuos son consagrados; sus energías son bendecidas por el Arcángel Rafael y por mi Ser, y la vida que fluye hacia sus corazones y llena sus mundos está realmente bendecida.

 

 

Los individuos que tienen una Vocación Espiritual solo encuentran tristeza si no se permiten seguir los dictados de su corazón en esa dirección. Estudiantes conscientes y estudiantes de los Maestros entran dentro de esta categoría. Las experiencias de vida y las inspiraciones de “conciencia” continúan empujando al estudiante, hasta que este entra en alguna línea de enseñanza espiritual donde su alma sedienta es saciada y donde él se siente en el camino que ha elegido. De todos modos, en este punto, el aspirante espiritual a menudo cae por debajo de los laicos que tienen una vocación de mucho menor valor para la evolución mundial, porque no siempre reconoce la Ley Impersonal que le dice a todo ser humano: “Presta servicio al mismo tiempo que aprendes”.

 

 

El interno en el hospital, el estudiante de enfermería, la novicia en el convento, el seminarista, aceptan esta ley con alegría, sabiendo que mucho de su conocimiento y desarrollo vendrán con el servicio. Sin embargo, el estudiante espiritual que tiene un sentimiento de orgullo o una noción errada de la Ley, a menudo “se engaña” en una vida de contemplaciones metafísicas y estudios abstractos, mientras a la Hermandad que él profesa amar, le niega la asistencia practica de las energías, talentos, fuerzas y riquezas de su conciencia que ha desarrollado hasta el presente. Estos hombres y mujeres fallan en su primera iniciación, que es “El trabajo práctico trae consigo mayor conocimiento”.

 

 

Extraído del Libro “RECINTOS DE CURACIÓN”, del MAESTRO HILARIÓN.

Editorial Metafísica.


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